Este experimento nos ha servido para recordar las diferencias entre los objetos opacos, translúcidos y aquellos que son capaces para reflejar la luz. De esta manera, hemos llegado a la conclusión que un objeto opaco es el que no deja de pasar la luz. Hemos visto varios ejemplos de objetos opacos cotidianos, tales como: una mesa, un muro, una puerta... Y hemos practicado con una caja de grapas y la grapadora. También hemos utilizado poliedros de madera. Por otra parte, hemos visto que un objeto translúcido es aquel que deja de pasar la luz, pero no de forma clara como pasa con un objeto transparente. Realizamos prácticas con papel celofán de color para ver el efecto. Para terminar, trabajamos con objetos que dejan pasar la luz en mayor medida. Hemos comprobado con todo ello que a través de la luz se pueden descubrir diferentes propiedades y características de los objetos sin verlos realmente: su color, su forma, su tamaño o el material del que está hecho. Este aprendizaje se transfiere a objetos de grandes donde los científicos pueden determinar esa propiedades gracias a las sombras que emiten las diferentes elementos que investigan.